Feminismo. la gran confusión de la sociedad actual.
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Escrito por Sol Ahimsa. 9 de diciembre de 2022 Hablemos de feminismo. Feminismo es igualdad. El feminismo lucha por conseguir la misma situación, la misma posición, el mismo trato y respeto entre hombres y mujeres. Feminismo es empoderamiento, no es victimismo. La mujer no es víctima de nada ni de nadie, sólo de sí misma. Feminismo no es buscar privilegios, eso es victimismo. Feminismo es ser como el hombre en igualdad, ya que el hombre no pide privilegios, simplemente se lo trabaja. Feminismo es que, ante un mismo puesto de trabajo que un hombre, en las mismas condiciones, se cobre lo mismo. Pero no es que, en el mismo trabajo, no produciendo igual, no teniendo los mismos horarios, se cobre lo mismo que el hombre. Feminismo no es sentirnos especiales o disminuidas por tener la menstruación y las molestias que conlleva. Hemos tenido toda la existencia de la humanidad, las mujeres, menstruación y, quitando en casos muy extraordinarios, hemos seguido con nuestras labores. Porque entonces, una mujer que tiene hijos, si tiene la menstruación, no podría cuidar a sus hijos, tendría que venir alguien a su casa, de la misma manera que no puede ir a trabajar. Pero no es así, si puede hacer su vida, puedes ir al trabajo, aun con menstruación. Eso no es feminismo, eso es victimismo y buscar privilegios. Feminismo no es vengarte de tu pareja porque ésta te engañe con otra persona. Eso es victimismo, eso es venganza. Y la venganza va ligada a la inmadurez. Feminismo es si te hacen algo, como engañarte, sencillamente es tomar la decisión de dejar a esa persona y que siga su vida. Y, aunque duele, la mujer sigue la suya. Por lo tanto, feminismo no es imitar al hombre en aquello que a la mujer le daña, para dañar al hombre, eso no es feminismo, eso es resentimiento y venganza. Y, por supuesto, una grandísima dependencia hacia ese hombre. O si fuera el caso de un hombre, hacia esa mujer. Feminismo es empoderamiento del hombre y de la mujer en igualdad. No es dominación de uno sobre el otro, porque eso es hembrismo y es lo mismo que el machismo. Así que creo que es tiempo de que se sepa lo que es el feminismo y no el hembrismo inmaduro, absurdo y confundido, de unas mentes que lo único que están queriendo es imponer su ideología en una sociedad, que para ellos no buscan la igualdad entre unos y otros, sino que lo que antes era el poder macho ahora es el poder hembra. Por lo que, las verdaderas feministas, nunca podremos estar de acuerdo en esta ideología victimista, impositiva, dominadora, miedosa, débil, vengativa, retorcida y absurda, que es la que está dominando en estos tiempos. Por tanto, si queremos volver al verdadero feminismo, volvamos al feminismo de las mujeres sufragistas, por ejemplo, que buscaba la igualdad social y de voto para elegir los gobernantes o las leyes o lo que fuera necesario. Y que buscaron la colaboración de los hombres, abiertos de mente, que comprendían que cierto, la mujer era igual a ellos. Por lo que el feminismo habla de ir los hombres y las mujeres de la mano y si no queremos algo para nosotras, no lo queremos para ellos. Pero claro, es mucho mejor sentirnos las víctimas de la sociedad, sentirnos siempre dolientes y sufrientes. Sentir que no nos escuchan, que no nos ven. Sentir que un piropo puede ser algo horroroso, claro, cuando viene de la mano de un hombre, porque yo he visto mujeres que piropean a los hombres y eso está bien. Sentir que una mujer que decide, porque le da la gana, hacer, por ejemplo, un calendario o un anuncio en bañador o con ropa ligera, la mujer está cosificada. ¡Ay, pero cuando lo hacen los hombres! ¡Qué guapos! Que bien cómo alegran la vista. Pero, ¿si quieren tanto los hombres como las mujeres hacerlo? ¿Quiénes somos los demás para decir que eso es inmoral, que se les está cosificando, si ellos eligen? ¿Qué pasa? ¿Que ahora resulta que lo que se criticaba como esa moral caduca y rancia, propia de la religión católica, es la que están ejerciendo la línea de pensamiento hembrista? Pero también los de mentalidad populista, porque es donde este tipo de moral absurda, por lo menos en España, se está dando. ¿Uno no puede elegir lo que le dé la gana hacer con su cuerpo? ¿No? A todo esto se le llama CENSURA, no feminismo. ¿Quiénes son ellas para imponer su ideología? Estamos viviendo en la censura propia de las dictaduras: censura de pensamiento; censura de opinión; censura de acto, censura de lo que no encaje es su pensamiento descompensado hembrista. ¡Vamos bien, señores! ¿Y eso es igualdad? No, no confundamos los términos. Igualdad quiere decir, y la palabra lo define, hombres y mujeres iguales, ante todo, ante lo bueno y ante lo malo; ante las elecciones; las decisiones y las negaciones. Igualdad es feminismo, lo demás es machismo ejercido por mujeres. Y eso sólo habla de imposición, tiranía, venganza, inmadurez, complejo, VICTIMISMO. Es hora de que las mujeres que somos maduras, que sabemos lo que queremos, que realmente estamos empoderadas, que nos negamos a ser víctimas de algo o de alguien, hablemos claro y nos dejemos de acomplejarnos porque se nos echen encima todos estos grupos o no sean bien recibidas nuestras exposiciones. Mejor es eso que seguir callando y tener que ver lo que está sucediendo en la actualidad, que hasta se llegue a condicionar la vida de los animales, hembras, porque se considere que son violadas por los machos, como se vio en un reportaje de un grupo de “supuestas animalistas” y bien digo supuestas y “supuestas feministas” y sigo diciendo bien, supuestas, hablando de la cópula de los gallos a las gallinas y de los gatos a las gatas. Pues nada, habrá que buscar la manera de que esas especies desaparezcan. Pero, ¿puede haber mayor desvarío? Entonces, según esta ideología, si el hombre maltrata está mal, pero si la mujer maltrata está bien, se vio forzada. Si el hombre secuestra está mal, pero si lo hace la mujer, está bien, se considera sobreprotección. Si el hombre insulta está mal, pero si la mujer insulta está bien. Si el hombre piropea está mal, pero si lo hace la mujer es lícito. La realidad es que son actos que ni hechos por hombres ni hechos por mujeres están bien, a excepción del piropo, claro está, y a eso se llama igualdad. Por lo que esta ideología de género no defiende a la mujer. La hunde en la miseria. La hunde en el machismo más viejo y rancio. La hunde en el sentirse víctima de todo y de todos, hasta conseguir que en los autobuses haya espacios para las mujeres, separadas de los hombres, como pasa en algunas religiones. Vamos por mal camino y, por ello, es tiempo de que hablemos las mujeres y hombres empoderados en igualdad. Esta sociedad se va a pique y, por lo tanto, volveremos a la Edad Media, pero al revés, los hombres en la casa, siendo maltratados, insultados y machacados y las mujeres haciendo lo que les da la gana, con quién y cómo les dé la gana. No hay igualdad, es más de lo mismo, ejercido ahora por la mujer. Tampoco la sexualidad tiene nada que ver con el empoderamiento, es algo íntimo y cada uno decide estar con quien quiera estar y respetar a quien quiera respetar. Una mujer no está empoderada porque se esté liando con unos y con otros o con unas y con otras. Porque como eso es lo que hacen “supuestamente” todos los hombres, hay que imitarles. Imitemos los valores de los hombres y no lo que nos fastidia de ellos, eso se llama VENGANZA. Y vuelvo a lo mismo, eso es inmadurez y estupidez, que sólo va a llevar a la destrucción, no a la construcción. Sólo se seguirá produciendo una distancia abismal entre hombres y mujeres, no una unión. Pero lo peor es que nos va a separar a las propias mujeres y eso ya es grave. Por lo que, quien quiera seguir con esos modelos infantiloides, vengativos, inmaduros emocionalmente, victimistas y dolientes que lo sigan, pero luego que no pidan igualdad, porque no la van a poder obtener nunca. En esos principios no está la igualdad, en el lloriqueo no está la igualdad. En el querer ser especiales, no está la igualdad. La realidad es que se busca la diferencia y es absurdo y es una pena. Así que, por favor, reflexionemos sobre todo esto, porque lo peor va a ser para los que vienen, los niños y los jóvenes, que se les está educando en conceptos totalmente anacrónicos y absurdos, sin sentido ni veracidad. Es triste que dominen las ideologías confusas, manipuladoras y victimistas. Es triste, pero no sólo en este tema, en muchos otros. Es más fácil creer en estas líneas de pensamiento anacrónico, destructivo y, por supuesto, engañoso, que buscar la verdad, pero de la verdad, hablaremos en otro momento.
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