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Blasco Ibáñez. Tras el velo capítulo 8

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08 Blasco un gigante que se creia dios Leo textualmente parte del articulo BLASCO en vivo!!! aparecido en la web elargonautavalenciano.blogspot.com: “En mayo de 1921, Valencia celebró la Semana Blasco Ibáñez, un descomunal acto cultural en homenaje al prestigioso novelista. Momentos de aquel acontecimiento histórico, captados por la cámara e inmortalizados en cinta cinematográfica, son fiel testimonio de la última visita oficial de Blasco a su ciudad natal. En la actualidad, estas grabaciones forman parte del patrimonio de la Generalidad Valenciana. El siguiente vídeo corresponde a la llegada de Blasco a Valencia, el 15 de mayo de 1921. En la Estación del Norte lo reciben las autoridades locales entre una inmensa multitud de valencianos emocionados y deseosos de saludar al importante personaje. El landó iba precedido y rodeado de la guardia municipal de caballería, pero bien pronto los más entusiastas rodearon el coche y formaron su guardia de honor. Blasco Ibáñez entraba en Valencia con el Alcalde de la ciudad y rodeado completamente del pueblo que le admira, que le quiere, que le idolatra. En su desplazamiento hacia el Palacio Municipal, recorre la calle de la Paz entre vítores y aclamaciones de bienvenida. En la recepción oficial celebrada en el Palacio Municipal participaron numerosos representantes de las principales organizaciones culturales y políticas valencianas.” El 17 de mayo Blasco pronunció un discurso se celebró en el antiguo barrio de pescadores del Cabañal. Desde allí pronunció estas palabras que sin duda terminaron cumpliendose: “Quiero descansar en el más modesto cementerio valenciano, junto al Mare Nostrum que llenó de ideal mi espíritu; quiero que mi cuerpo se confunda con esta tierra de Valencia, que es el amor de todos mis amores.” Blasco fue de todo menos modesto y dedicó toda su vida a luchar por unos ideales que curiosamente coinciden plenamente con la agenda internacional que nos terminó de implantar su Nuevo Orden Mundial. Y no lo digo en broma, el mismo Blasco se lo confesó al reportero Enrique González Fiol como podemos leer en el artículo Confesiones, 1911- Parte I: “Mire usted, la política no me interesa... Si no me interesaba ni cuando milité activamente en ella!... Nó, nó, créame usted... No me interesó nunca. Yo no he sido político jamás; aborrezco la política... Yo he sido agitador. Yo he nacido para levantar á las masas, para conspirar... ¿Ve usted? ¡Si me llamaran, ahora mismo, para conspirar, lo dejaría todo y volvería á intervenir activamente en la política... Pero así, ¡bah!... Yo no comprendo ni he comprendido nunca que nadie crea que son compatibles las actas de concejal ó de diputado con el espíritu revolucionario... Además, yo soy enemigo del parlamentarismo... Está completamente desacreditado... Bueno, yo en esto tengo unas ideas muy raras... Si las dijera se me reirían... Yo soy partidario de una tiranía, en sentido progresivo…” En su novela El Intruso uno de sus personajes decía: «No se debe permitir que al amparo de la libertad se predique contra ella. Así como no se tolera que se vendan sustancias tóxicas, sino mediante ciertas condiciones, tampoco debiera permitirse ciertas sollamas contrarias á la verdadera libertad y al progreso.» Las sombras del Blasco considerado una fuerza de la naturaleza y del poder-religión se solapan sin lograr producir más negror que el que arrojan las antorchas del iluminismo, la masonería y el luciferanismo de Prometeo. Dos sombras juntas no incrementan la oscuridad pero el minúsculo titilar de una pequeña luciérnaga puede neutralizar ese negror. Edmond Jaloux le dedicó un artículo la misma semana de su fallecimiento en la prestigiosa revista francesa Les Nouvelles littéraires, artistiques et scientifiques, del que destácamos estas frases: “Cuando estábamos con él, teníamos la impresión de que la vida es una aventura llena de risas en la que debemos involucrarnos con confianza, con fuerza y con una feliz esperanza de conquista. Sus enemigos le han criticado por escribir mal y, realmente, no escribía bien. Pero los hombres de su clase difícilmente pueden ser estilistas. Son fuerzas de la naturaleza. No se puede pedir a una tormenta que dibuje con elegancia la firma de todos sus relámpagos.” El 3 de septiembre de 1923 se produce el golpe de estado de Miguel Primo de Rivera que contó con el visto bueno del monarca Alfonso XIII, suspendiendo la Constitución de 1876, e instaurando una dictadura en la forma de un directorio militar entre 1923 y 1925, al que siguió un directorio civil presidido por él mismo entre 1925 y 1930. Durante el transcurso de la dictadura se produjo un importante crecimiento económico y se desarrolló una política intervencionista y proteccionista con inversión en obras públicas e infraestructuras creando por ejemplo Las Diputaciones con Francisco Romero Robledo como ministro de la Gobernación. José María Carretero Novillo fue un periodista y escritor que apoyó esta dictadura y que escribió uno de los todavía libros censurados de facto en este nuestro pais. “El novelista que vendió a su patria: o, Tartarin, revolucionario (una triste historia de actualidad)” escrito en 1924 bajo el seudónimo del caballero audaz fue una de las obras de Carretero Novillo que si vamos a su pagina en la wikipedia no nos aparecerán. Pero si lo harán todas las novelas eróticas que escribió para ganar dinero, incluso nos avisan de que entrevisto a Vicente Blasco Ibáñez. Podemos conseguir esta novela de segunda mano o leerla en la biblioteca nacional pero no la encontraremos en la base de datos digital más grande de libros, Europeana, con más de 50 millones de títulos digitalizados. No está, no busquen, que no está. Y miren que el propio escritor declara en el libro que se habían imprimido un millón de ejemplares. ¿Y qué se decía allí que resulta tan funesto para el poder-religión que sigue tildando la obra de libelo e impidiendo que podamos leerlo en la actualidad? Parece que “el caballero audaz”, ese gigantón de metro noventa de estatura y conocido espadachín, aseguraba que la Rusia soviética había cedido al escritor valenciano un millón de francos para su tarea de acoso a la monarquía. A este periodista se le atribuyen los bulos derrotistas que circularon por Madrid en el 36. La descripción que nos da de Blasco en dicho libro no deja al valenciano en muy buen lugar: “Como hombre, es un ente ridículo y finchado (ridículamente vano o engreído), esclavo del oro y del reclame; como negociante, estafador y rapaz, codicioso y sin escrúpulos; como amigo, desleal; como huésped, ingrato; como español, traidor.” “Tenía el aspecto de un «barba» de compañía de comedias barata. Tripudo, abotagado, con la piel del rostro surcada de arrugas, como el cutis de esos viejos cómicos a los que los afeites cuartean. Su escaso pelo tenía ese color negro mate que dan las malas tinturas vegetales. Entre sus párpados abolsados, los ojos pequeños brillaban con una vivacidad rapaz. Eran como dos comadrejas emboscadas. Blasco jugaba sin cesar con un «monóculo, que es para él como una decoración, un sello de elegancia, algo superfluo, miriIla inútil, porque no sabe asomarse a ella nunca…" “Ese es el hombre que quiere redimir a España, que quiere hacer una revolución. No tiene prestigio, no tiene ambiente, Europa no le estima y España no se interesa por él.” “No ve más que el oro. El dólar-Blasco Ibáñez no habla en las pesetas de su patria ni en los francos de la nación republicana donde vive es para él como para ciertas mujeres de temperamento morboso el amante lustroso y dominador, el dios brutal y contundente, el amo despótico, en holocausto del cual se sacrifica todo... En su sangre valenciana hay atavismos de los fenicios mercaderes que desembarcaron por vez primera en las costas mediterráneas de España. Levadura de israelitas, sórdidos y ambiciosos, se mezcla en sus venas... Tiene el instinto del mercader moderno que ama el reclamo y la rapacidad y la dureza de entrañas del judío dueño de una casa de préstamos…” En el libro nos cuenta una anécdota que le paso coincidiendo en París con Blasco y una dama respetable que imaginamos sería la millonaria chilena. Allí, en el café Americano, Blasco le contó de sus planes para derrocar al gobierno de Primo de Rivera e instaurar una República: “España no puede seguir así. Hay que despertar al pueblo, hacerlo saltar. Yo lo conseguiré. Escribiré artículos, folletos, proclamas, libros... Tengo toda la Prensa del mundo. Treinta y seis mil diarios de América. ¡Vamos, con decirle a usted que cuento hasta con la Gaceta de Tokio!… La gran Prensa francesa está a mi disposición... En Inglaterra, los más importantes rotativos harán cuanto yo les diga... ¡Hay que llevar la civilización y revolución a España! ¿Qué le parece?” Lo siguiente que nos cuenta el caballero audaz es la respuesta que le dio y lo que sucedió después: “El pueblo español no es fácil que se deje arrastrar por un aventurero que busque su medro y nuestra ruina monetaria. Blasco me miró casi congestionado. -¿Pero es que yo no soy el hombre que necesita España? Le contesté sencilla y claramente: -No, sinceramente, Blasco, yo no creo que sea usted ese hombre... -¿Y por que? -inquirió exaltándose- Tengo un prestigio universal, dinero, elementos de todas clases. Tengo valor. Yo no soy un Capitán Arañas, que embarca a la gente y él se queda en tierra. No. Yo iré delante de todos, seré el primero en dar el pecho a las balas... He vivido bastante y no me importa morir. No le tengo miedo ni a la lucha, ni a la muerte... Hablaba en tono allisonante, y de repente se detuvo. Hizo una mueca, luego una contracción. Abrió la boca, tosió con fuerza, después con tenacidad, se dilataron sus ojos con espanto, aspiró ansioso, dió un gruñido y se llevó las manos a la garganta. Se me ahogaba aquel energúmeno -¿Pero, qué le pasa?-le pregunté. Tardo en contestar. Cogió con pulso trémulo un vaso de agua y bebió una larga buchada. Estaba desencajado y lívido. Al fin, pudo exclamar en un quejido. -¡Ay! ¡Me muero: acabo de tragarme media dentadura! Y abriendo la boca me mostraba la mitad de la encía superior, desdentada y repugnante. Cuando pasó la angustia del momento, no pude contener mi hilaridad. -No se ría -clamó estremecido. ¡No es cosa de broma! ¡Me he tragado media dentadura! ¡Y esto es la muerte! ¡Me perforará el estómago! ¡Horrible! Se llevó las manos al vientre e hizo otra mueca de terror. -¡Me muero! -gritó con ansia-. ¡Me muero!… Un vomitivo. ¡Un vomitivo! Sus ojos se llenaban de lágrimas. Tenía, en efecto, en su rostro desencajado, una palidez mortal... Cinco minutos después, un automóvil le llevaba a la Casa de Socorro próxima. De mi pensamiento no se apartaba la desgraciada figura de Blasco, descompuesta, trémula, hipando de miedo ante la muerte como un niño. Y al recordar sus frases «¡Haré la revolución; yo no tengo miedo a morir!», no pude contenerme por más tiempo, y en pleno Boulevard des Italianes, solté una larga carcajada. Había medido todo lo grotesco de aquel Tartarín revolucionario que se llamaba redentor de un pueblo. ¡Pobre tipo cómico de opereta vienesa!…" No nos debería de hacer gracia lo que sucedió durante los llamados “Los sucesos de Vera de Bidasoa” donde en 1924 un puñado de republicanos exiliados llegó a la localidad navarra creyendo que se había iniciado una revolución. Leemos en un artículo titulado “Los sucesos de Vera de Bidasoa, una excusa para el directorio”: “En octubre de 1924 se extiende entre los círculos de emigrantes españoles de San Juan de Luz, Hendaya y Bayona la existencia de una Junta Central de la que forman parte Vicente Blasco Ibáñez, Miguel de Unamuno, Rodrigo Soriano, José Ortega y Gasset, etc, cuya finalidad es la instauración de una República presidida por el conde de Romanones. Para lograrlo, se produciría un levantamiento generalizado, el 8 de noviembre, contra la Dictadura y se contaría con el apoyo de numerosas guarniciones militares y de todo el movimiento obrero. Por otro lado, como se necesita un respaldo exterior, se solicitan de forma secreta voluntarios. Al atardecer del 6 de noviembre, salen de San Juan de Luz cuarenta y dos personas, con armas, dinero francés y octavillas convocando a la revolución. El jefe del grupo es Bonifacio Mazarredo. Atraviesan la frontera y llegan a Vera de Bidasoa en plena noche. El alguacil Miguel Berasaín les ve y acude a avisar a la casa-cuartel de la Guardia Civil, pues supone que se trata de contrabandistas.” Este grupo logra matar a los dos guardia civiles que salen en su persecución dictandose entre las fuerzas del orden público de la zona –Guardia Civil, carabineros y somatenes- la inmediata represión y captura de los integrantes del mismo matando a 4 de ellos e hiriendo a 27. El resto logra huir a Francia. Al final se produce un juicio a cuatro personas donde por falta de pruebas no condenan a ninguno de los detenidos. El 23 de noviembre, el Diario de Navarra, dice refiriéndose a Blasco: “Parece que el antiguo diputado por Valencia se dedica a redactar soflamas mitad novelescas mitad revolucionarias contra la Monarquía. Y como eso puede ser mitad novela y mitad serán revolucionarias en las que pierden la libertad o la vida algunos hombres tan dignos como los guardias civiles de Vera, sería muy conveniente que el Gobierno se preocupara del asunto para poner pronto el debido colofón a la novela del novelista”. Y tres días mas tarde en el mismo diario podemos leer: “No está solo Blasco Ibáñez en la casa de los orates de la revolución. Entre otros personajes de menor cuantía, figura uno muy conocido. De oídos porque su nombre ha sonado mucho. Es el antiguo rector de la Universidad de Salamanca. La diferencia que existe –como revolucionario- entre Blasco Ibáñez y estos otros aspirantes está en que Blasco Ibáñez ha concretado sus aspiraciones; aspira a ser presidente de la República española.” “La conducta del Blasco Ibáñez puede ser bufa. La conducta de Unamuno… la conducta de Unamuno merece el calificativo que no podemos escribir por respeto a los lectores”. Lo que no es bufa es que en un segundo juicio esas tres personas fueron ejecutadas por aquellos hechos en los que otras seis murieron aquel dia y que Blasco Ibáñez, tal y como dice el caballero audaz en su librito quedó en Francia ayudando a comprar las medias a su última amante. Tras la publicación, en noviembre de 1924, de “Una nación secuestrada” Blasco pasó a ser considerado en España persona non grata. Se ordenó el embargo de sus bienes. El Ayuntamiento de Valencia retiró la placa de la plaza que le había sido dedicada, y el resto de placas de las calles y plazas de todas las capitales y pueblos de España que llevaban su nombre corrieron la misma suerte. Su familia, que vivía en España, sufrió registros domiciliarios. Blasco reunió, en marzo de 1925 algunos folletos en contra de la Dictadura de Primo de Rivera y los artículos que publicó en España con honra, periódico fundado en París por exiliados españoles, en un librito, “Por España y contra el rey”, que publicó en la editorial Excelsior. Muchos autores hablan de que aquello era una guerra de folletines pero mientras los folletines de Blasco como “Por España y contra el rey” se pueden encontrar libremente y por todos lados, los folletines del caballero audaz han sido apartados de la vista. Vicente Marco Miranda en “Las conspiraciones contra la Dictadura”, en págs. 31-32, describe al grupo de exiliados de París, en su café de reunión diaria, “al día siguiente” de haber salido la traducción al francés de Una nación secuestrada: “Al día siguiente, por la tarde, vamos a la Rotonde, el famoso café, centro de artistas y de conspiradores de todo el mundo; gentes de los países más remotos; vidas inquietas, abrazadas a un noble ideal. A la izquierda de una de las puertas de entrada se halla la peña de los españoles; de los que gesticulan y hablan a gritos. Allí, D. Miguel de Unamuno, Ortega y Gasset, Corpus Barga, Francisco Madrid, escritores y periodistas, médicos, obreros. Blasco habla de su folleto. Madrid, excelente reportero, nos trae una noticia. Un hijo de Martínez Anido está en París y pretende que el Caballero Audaz escriba un ‘panfleto’ contra Blasco y otro contra Unamuno. Ambos escritores comentan la noticia con un expresivo levantar de hombros y siguen hablando de otras cosas. Llegan unos estudiantes y hablan de revolución. Se anima el rostro de Ortega y Gasset, y Corpus Barga se muestra dispuesto a empuñar un fusil y atravesar la frontera. Hablamos todos a una y los demás concurrentes nos miran con gesto de admiración. Saben que somos españoles, que conspiramos, que nos preocupan empresas de libertad. A quien lo ignora, ya el camarero se encarga de advertírselo. Blasco sonríe, Unamuno pone cara fosca y se dispone a leernos un romance”. Los ideales republicanos de Blasco Ibáñez se vieron afianzados y encarrilados por multitud de lecturas, siendo la más importante la de Francisco Pi y Margall (1824-1901), el político de ideas más avanzadas de su tiempo, y que siempre sería su gran ejemplo. El político catalán pensaba que la república federal era el modelo ideal para nuestro país. El propio Blasco Ibáñez nos cuenta como hizo eso que hacen mucho los políticos de ahora, presentarse en un sitio de prestado: “Había él salido diputado por varios distritos, y me cedió el de Sabadell, por el cual me presenté candidato. …fui derrotado la única vez que he presentado mi candidatura por un distrito fuera de Valencia.” Un político, estuvo siete veces como diputado, al que no le gusta la política. Un niño católico criado en el catolicismo que se vuelve ateo impenitente. Ese era Blasco. Blasco le contó al reportero González Fiol como fueron sus años de niñez en la calle Jaboneria antes de trasladarse sus padres a la de San Gil: “En aquella época de mi infancia, era yo muy delgadito, enfermizo, y místico... Recuerdo que se me aparecían santos y vírgenes, y que me hablaban, rodeados, de aureolas de gloria…" Leemos en “ese diedro de luces y de sombras” como nos presenta Blasco la conmoción que la muerte del dios produjo en el mundo antiguo a través de las páginas 388 y 389 de su obra “La bodega”: “Los árboles gimieron en los bosques, agitando sus melenas de hojas como plañideras desesperadas; un viento fúnebre rizó los lagos y la superficie azul y luminosa del mar clásico que había arrullado durante siglos en las playas griegas los diálogos de los poetas y los filósofos. Un lamento de muerte rasgó el espacio, llegando a los oídos de todos los hombres: "¡El gran Pan ha muerto!..." Las sirenas se sumergieron para siempre en las glaucas profundidades, las ninfas huyeron despavoridas a las entrañas de la tierra para no volver jamás, y los templos blancos que cantaban como himnos de mármol la alegría de la vida bajo el torrente de oro del sol, se entenebrecieron, sumiéndose en el silencio augusto de las ruinas. "Cristo ha nacido", gritó la misma voz. Y el mundo fue ciego para todo lo exterior reconcentrando su vista en el alma; y aborreció la materia como pecado vil, que oprimía los sentimientos más puros de la vida haciendo de su amputación una virtud. El hombre se volvió de espaldas a la naturaleza, adorando lo enfermizo y doliente: El sol siguió brillando, pero pareció menos luminoso a la humanidad, como si entre ella y el astro se hubiese interpuesto un velo fúnebre. La Naturaleza continuó su obra creadora, insensible a las locuras de los hombres; pero éstos no amaron otras flores que las que transparentaban la luz en las vidrieras de las ojivas; ni admiraron más árboles que las palmeras de piedra que sostenían las bóvedas de las catedrales. Venus ocultó sus desnudeces de mármol en las ruinas del incendio, esperando renacer, tras un sueño de siglos, bajo el arado del rústico. El tipo de belleza fue la virgen infecunda y enferma, enflaquecida por el ayuno; la religiosa pálida y desmayada como el lirio que sostenían sus manos de cera, con los ojos lacrimosos agrandados por el éxtasis y el dolor de ocultos cilicios. El negro ensueño duraba siglos. Los hombres, renegando de la Naturaleza, habían buscado en la privación, en la vida torturada y deforme, en la divinización del dolor, el remedio de sus males, la fraternidad ansiada, creyendo que la esperanza del cielo y la caridad en la tierra bastarían para la felicidad de los cristianos. Y he aquí que el mismo lamento que anunció la muerte del gran dios de la Naturaleza volvía a sonar, como si reglamentase, con intervalos de siglos, las grandes mutaciones de la vida humana. "¡Cristo ha muerto!...¡Cristo ha muerto!” Como si fuera cosa de niños, Walt Disney nos ofreció a Pan, a Peter Pan como un joven rebelde que tocaba la siringa y embelesaba a las jovencitas. Pero el gran Pan que describía Blasco, el fauno degenerado, está mas vivo que nunca. Es más, ahora lo llamamos San Valentín. Antonio Fernández nos muestra de dónde proviene todo esto. “La primera vez que el ser humano se entregó a la pasión de la suerte fue en las Saturnalias, las fiestas romanas de diciembre cuando la Navidad aún no existía. La segunda también fue en otras fiestas dedicadas al mismo dios pagano Saturno, las Lupercales. Las Lupercales eran un festival de fertilidad, tanto de animales, campos y personas, dedicado al dios Fauno, también llamado Pan, de gran y prolongada popularidad. Se celebraban el día 15 de febrero y eran fiestas lujuriosas, muy esperadas por los jóvenes, que elegían mujeres para que fueran sus compañeras de placer durante el año y que en muchas ocasiones terminaban por ser sus esposas. Para ello, introducían en una caja tarjetas con el nombre de las jóvenes. Por turno los varones metían la mano y sacaban el nombre de la «elegida». La primera Lotería de la historia es por tanto un sorteo de mujeres. Se celebraban el día 15 de febrero, con el sacrificio de un perro y una cabra como signo de purificación. A continuación cortaban la piel de los animales sacrificados en tiras, llamadas februa y se iniciaba el frenesí donde los sacerdotes corrían armados con los trozos de piel bañados en sangre, con los que golpeaban a las mujeres. Estas lo agradecían en la creencia de que así serían más fértiles y su cuerpo estaría mejor preparado para el embarazo y el parto. Del nombre de estas correas ensangrentadas, februa o purificación en latín, procede la denominación del mes de Febrero. Las carnes de las mujeres acababan de color púrpura, color que acabó representando a las que ejercían la prostitución en general, en especial la prostitución sagrada con los sacerdotes lupercos, quienes eran llamadas Lupas, de ahí lo de llamar lupanar a los prostíbulos o Lobas. Paradójicamente, hoy en día el color púrpura es el color del feminismo.” Para los más un dios y para algunos un demonio, así fue la vida de Blasco. En el ensayo de Ramiro Reig “La ascensión de Blasco a la gloria” publicado dentro de la Revista de la Casa Museo Blasco Ibáñez en 2004 leemos: “Era un dios, ¿me oís?, un dios, y además lo parecía: alto, fuerte, casi hercúleo, el pelo ensortijado, la cara de dios griego, un poco grueso tal vez... ¡Y una voz! ¡Qué voz!... Vosotros no habéis conocido a Blasco, el verdadero Blasco, era un dios. [...] Yo he visto a una multitud enorme no solo escucharle con la boca abierta, horas y horas, sino repetir, palabra por palabra, lo que iba diciendo... [...] Aún estoy viendo a Don Vicente, con su barba de profeta joven, arengarlos, en el balcón, entre las luces de las antorchas. Se agigantaba, todos aquellos hombres hubiesen dado hasta la última gota de sangre por él.” ............................................................ Enlaces citados en el podcast: Bibliografia completa https://www.cervantesvirtual.com/portales/vicente_blasco_ibanez/su_obra_bibliografia/ Cronología de Vicente Blasco Ibáñez https://www.cervantesvirtual.com/portales/vicente_blasco_ibanez/autor_cronologia/#anyo_1900 Cronologia literaria Blasco Ibáñez https://anyblascoibanez.gva.es/va/cronologia-literaria Time line de su vida https://www.timetoast.com/timelines/vicente-blasco-ibanez-5ac50faf-ff35-40dd-be42-708435362932 Galeria de imágenes https://www.google.com/imgres?imgurl=https%3A%2F%2Fwww.cervantesvirtual.com%2Fimages%2Fportales%2Fvicente_blasco_ibanez%2Fgraf%2Fcronologia%2F03_cro_blasco_ibanez_retrato_1018_s.jpg&tbnid=s0ix0VfxLAJ4aM&vet=12ahUKEwi45LKn8vr-AhVYmycCHf1fDVMQMygkegUIARDGAQ..i&imgrefurl=https%3A%2F%2Fwww.cervantesvirtual.com%2Fportales%2Fvicente_blasco_ibanez%2Fautor_cronologia%2F&docid=rpcl3y5OiYotjM&w=301&h=450&q=Mar%C3%ADa%20Blasco%20blasco%20iba%C3%B1ez&hl=es&client=firefox-b-d&ved=2ahUKEwi45LKn8vr-AhVYmycCHf1fDVMQMygkegUIARDGAQ ......... Capítulo 8 BLASCO en vivo!!! http://elargonautavalenciano.blogspot.com/2021/01/blasco-en-valencia.html Revista casa museo 2018 http://www.casamuseoblascoibanez.es/wp-content/uploads/2020/07/Revista-CMBI-1.pdf José María Carretero Novillo https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Mar%C3%ADa_Carretero_Novillo EL NOVELISTA QUE VENDIO A SU PATRIA O TARTARIN, REVOLUCIONARIO. (TRISTE HISTORIA DE ACTUALIDAD) https://www.iberlibro.com/NOVELISTA-VENDIO-PATRIA-TARTARIN-REVOLUCIONARIO-TRISTE/972584489/bd Los sucesos de Vera de Bidasoa, una excusa para el directorio (1924) https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/los-sucesos-de-vera-de-bidasoa-1924/20130425143317091346.html Vicente Blasco Ibáñez : ese diedro de luces y de sombras https://bivaldi.gva.es/es/consulta/registro.cmd?id=318 https://www.cervantesvirtual.com/obra/vicente-blasco-ibanez--ese-diedro-de-luces-y-de-sombras/ Confesiones, 1911- Parte I http://elargonautavalenciano.blogspot.com/search/label/A%C3%B1o%201911 Vicente Blasco Ibáñez : ese diedro de luces y de sombras https://bivaldi.gva.es/es/consulta/registro.cmd?id=318 https://www.cervantesvirtual.com/obra/vicente-blasco-ibanez--ese-diedro-de-luces-y-de-sombras/ REIG, Ramiro, “L’ascensió de Blasco a la glòria”, El País – Quadern [CV], 21-XBlasco Ibáñez i la identitat col·lectiva valenciana... 186 prometeo. Revista de la Casa Museo Blasco Ibáñez 2004, p. 2. PORQUE NO VOLVERÉ A COMPRAR LOTERÍA https://tecnicopreocupado.com/2015/12/22/porque-no-volvere-a-comprar-loteria/
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Blasco Ibáñez entraba en Valencia con el Alcalde de la ciudad y rodeado completamente del pueblo que le admira, que le quiere, que le idolatra. En su desplazamiento hacia el Palacio Municipal, recorre la calle de la Paz entre vítores y aclamaciones de bienvenida. En la recepción oficial celebrada en el Palacio Municipal participaron numerosos representantes de las principales organizaciones culturales y políticas valencianas.” El 17 de mayo Blasco pronunció un discurso se celebró en el antiguo barrio de pescadores del Cabañal. Desde allí pronunció estas palabras que sin duda terminaron cumpliendose: “Quiero descansar en el más modesto cementerio valenciano, junto al Mare Nostrum que llenó de ideal mi espíritu; quiero que mi cuerpo se confunda con esta tierra de Valencia, que es el amor de todos mis amores.” Blasco fue de todo menos modesto y dedicó toda su vida a luchar por unos ideales que curiosamente coinciden plenamente con la agenda internacional que nos terminó de implantar su Nuevo Orden Mundial. Y no lo digo en broma, el mismo Blasco se lo confesó al reportero Enrique González Fiol como podemos leer en el artículo Confesiones, 1911- Parte I: “Mire usted, la política no me interesa... Si no me interesaba ni cuando milité activamente en ella!... Nó, nó, créame usted... No me interesó nunca. Yo no he sido político jamás; aborrezco la política... Yo he sido agitador. Yo he nacido para levantar á las masas, para conspirar... ¿Ve usted? ¡Si me llamaran, ahora mismo, para conspirar, lo dejaría todo y volvería á intervenir activamente en la política... Pero así, ¡bah!... Yo no comprendo ni he comprendido nunca que nadie crea que son compatibles las actas de concejal ó de diputado con el espíritu revolucionario... Además, yo soy enemigo del parlamentarismo... Está completamente desacreditado... Bueno, yo en esto tengo unas ideas muy raras... Si las dijera se me reirían... Yo soy partidario de una tiranía, en sentido progresivo…” En su novela El Intruso uno de sus personajes decía: «No se debe permitir que al amparo de la libertad se predique contra ella. Así como no se tolera que se vendan sustancias tóxicas, sino mediante ciertas condiciones, tampoco debiera permitirse ciertas sollamas contrarias á la verdadera libertad y al progreso.» Las sombras del Blasco considerado una fuerza de la naturaleza y del poder-religión se solapan sin lograr producir más negror que el que arrojan las antorchas del iluminismo, la masonería y el luciferanismo de Prometeo. Dos sombras juntas no incrementan la oscuridad pero el minúsculo titilar de una pequeña luciérnaga puede neutralizar ese negror. Edmond Jaloux le dedicó un artículo la misma semana de su fallecimiento en la prestigiosa revista francesa Les Nouvelles littéraires, artistiques et scientifiques, del que destácamos estas frases: “Cuando estábamos con él, teníamos la impresión de que la vida es una aventura llena de risas en la que debemos involucrarnos con confianza, con fuerza y con una feliz esperanza de conquista. Sus enemigos le han criticado por escribir mal y, realmente, no escribía bien. Pero los hombres de su clase difícilmente pueden ser estilistas. Son fuerzas de la naturaleza. No se puede pedir a una tormenta que dibuje con elegancia la firma de todos sus relámpagos.” El 3 de septiembre de 1923 se produce el golpe de estado de Miguel Primo de Rivera que contó con el visto bueno del monarca Alfonso XIII, suspendiendo la Constitución de 1876, e instaurando una dictadura en la forma de un directorio militar entre 1923 y 1925, al que siguió un directorio civil presidido por él mismo entre 1925 y 1930. Durante el transcurso de la dictadura se produjo un importante crecimiento económico y se desarrolló una política intervencionista y proteccionista con inversión en obras públicas e infraestructuras creando por ejemplo Las Diputaciones con Francisco Romero Robledo como ministro de la Gobernación. José María Carretero Novillo fue un periodista y escritor que apoyó esta dictadura y que escribió uno de los todavía libros censurados de facto en este nuestro pais. “El novelista que vendió a su patria: o, Tartarin, revolucionario (una triste historia de actualidad)” escrito en 1924 bajo el seudónimo del caballero audaz fue una de las obras de Carretero Novillo que si vamos a su pagina en la wikipedia no nos aparecerán. Pero si lo harán todas las novelas eróticas que escribió para ganar dinero, incluso nos avisan de que entrevisto a Vicente Blasco Ibáñez. Podemos conseguir esta novela de segunda mano o leerla en la biblioteca nacional pero no la encontraremos en la base de datos digital más grande de libros, Europeana, con más de 50 millones de títulos digitalizados. No está, no busquen, que no está. Y miren que el propio escritor declara en el libro que se habían imprimido un millón de ejemplares. ¿Y qué se decía allí que resulta tan funesto para el poder-religión que sigue tildando la obra de libelo e impidiendo que podamos leerlo en la actualidad? Parece que “el caballero audaz”, ese gigantón de metro noventa de estatura y conocido espadachín, aseguraba que la Rusia soviética había cedido al escritor valenciano un millón de francos para su tarea de acoso a la monarquía. A este periodista se le atribuyen los bulos derrotistas que circularon por Madrid en el 36. La descripción que nos da de Blasco en dicho libro no deja al valenciano en muy buen lugar: “Como hombre, es un ente ridículo y finchado (ridículamente vano o engreído), esclavo del oro y del reclame; como negociante, estafador y rapaz, codicioso y sin escrúpulos; como amigo, desleal; como huésped, ingrato; como español, traidor.” “Tenía el aspecto de un «barba» de compañía de comedias barata. Tripudo, abotagado, con la piel del rostro surcada de arrugas, como el cutis de esos viejos cómicos a los que los afeites cuartean. Su escaso pelo tenía ese color negro mate que dan las malas tinturas vegetales. Entre sus párpados abolsados, los ojos pequeños brillaban con una vivacidad rapaz. Eran como dos comadrejas emboscadas. Blasco jugaba sin cesar con un «monóculo, que es para él como una decoración, un sello de elegancia, algo superfluo, miriIla inútil, porque no sabe asomarse a ella nunca…" “Ese es el hombre que quiere redimir a España, que quiere hacer una revolución. No tiene prestigio, no tiene ambiente, Europa no le estima y España no se interesa por él.” “No ve más que el oro. El dólar-Blasco Ibáñez no habla en las pesetas de su patria ni en los francos de la nación republicana donde vive es para él como para ciertas mujeres de temperamento morboso el amante lustroso y dominador, el dios brutal y contundente, el amo despótico, en holocausto del cual se sacrifica todo... En su sangre valenciana hay atavismos de los fenicios mercaderes que desembarcaron por vez primera en las costas mediterráneas de España. Levadura de israelitas, sórdidos y ambiciosos, se mezcla en sus venas... Tiene el instinto del mercader moderno que ama el reclamo y la rapacidad y la dureza de entrañas del judío dueño de una casa de préstamos…” En el libro nos cuenta una anécdota que le paso coincidiendo en París con Blasco y una dama respetable que imaginamos sería la millonaria chilena. Allí, en el café Americano, Blasco le contó de sus planes para derrocar al gobierno de Primo de Rivera e instaurar una República: “España no puede seguir así. Hay que despertar al pueblo, hacerlo saltar. Yo lo conseguiré. Escribiré artículos, folletos, proclamas, libros... Tengo toda la Prensa del mundo. Treinta y seis mil diarios de América. ¡Vamos, con decirle a usted que cuento hasta con la Gaceta de Tokio!… La gran Prensa francesa está a mi disposición... En Inglaterra, los más importantes rotativos harán cuanto yo les diga... ¡Hay que llevar la civilización y revolución a España! ¿Qué le parece?” Lo siguiente que nos cuenta el caballero audaz es la respuesta que le dio y lo que sucedió después: “El pueblo español no es fácil que se deje arrastrar por un aventurero que busque su medro y nuestra ruina monetaria. Blasco me miró casi congestionado. -¿Pero es que yo no soy el hombre que necesita España? Le contesté sencilla y claramente: -No, sinceramente, Blasco, yo no creo que sea usted ese hombre... -¿Y por que? -inquirió exaltándose- Tengo un prestigio universal, dinero, elementos de todas clases. Tengo valor. Yo no soy un Capitán Arañas, que embarca a la gente y él se queda en tierra. No. Yo iré delante de todos, seré el primero en dar el pecho a las balas... He vivido bastante y no me importa morir. No le tengo miedo ni a la lucha, ni a la muerte... Hablaba en tono allisonante, y de repente se detuvo. Hizo una mueca, luego una contracción. Abrió la boca, tosió con fuerza, después con tenacidad, se dilataron sus ojos con espanto, aspiró ansioso, dió un gruñido y se llevó las manos a la garganta. Se me ahogaba aquel energúmeno -¿Pero, qué le pasa?-le pregunté. Tardo en contestar. Cogió con pulso trémulo un vaso de agua y bebió una larga buchada. Estaba desencajado y lívido. Al fin, pudo exclamar en un quejido. -¡Ay! ¡Me muero: acabo de tragarme media dentadura! Y abriendo la boca me mostraba la mitad de la encía superior, desdentada y repugnante. Cuando pasó la angustia del momento, no pude contener mi hilaridad. -No se ría -clamó estremecido. ¡No es cosa de broma! ¡Me he tragado media dentadura! ¡Y esto es la muerte! ¡Me perforará el estómago! ¡Horrible! Se llevó las manos al vientre e hizo otra mueca de terror. -¡Me muero! -gritó con ansia-. ¡Me muero!… Un vomitivo. ¡Un vomitivo! Sus ojos se llenaban de lágrimas. Tenía, en efecto, en su rostro desencajado, una palidez mortal... Cinco minutos después, un automóvil le llevaba a la Casa de Socorro próxima. De mi pensamiento no se apartaba la desgraciada figura de Blasco, descompuesta, trémula, hipando de miedo ante la muerte como un niño. Y al recordar sus frases «¡Haré la revolución; yo no tengo miedo a morir!», no pude contenerme por más tiempo, y en pleno Boulevard des Italianes, solté una larga carcajada. Había medido todo lo grotesco de aquel Tartarín revolucionario que se llamaba redentor de un pueblo. ¡Pobre tipo cómico de opereta vienesa!…" No nos debería de hacer gracia lo que sucedió durante los llamados “Los sucesos de Vera de Bidasoa” donde en 1924 un puñado de republicanos exiliados llegó a la localidad navarra creyendo que se había iniciado una revolución. Leemos en un artículo titulado “Los sucesos de Vera de Bidasoa, una excusa para el directorio”: “En octubre de 1924 se extiende entre los círculos de emigrantes españoles de San Juan de Luz, Hendaya y Bayona la existencia de una Junta Central de la que forman parte Vicente Blasco Ibáñez, Miguel de Unamuno, Rodrigo Soriano, José Ortega y Gasset, etc, cuya finalidad es la instauración de una República presidida por el conde de Romanones. Para lograrlo, se produciría un levantamiento generalizado, el 8 de noviembre, contra la Dictadura y se contaría con el apoyo de numerosas guarniciones militares y de todo el movimiento obrero. Por otro lado, como se necesita un respaldo exterior, se solicitan de forma secreta voluntarios. Al atardecer del 6 de noviembre, salen de San Juan de Luz cuarenta y dos personas, con armas, dinero francés y octavillas convocando a la revolución. El jefe del grupo es Bonifacio Mazarredo. Atraviesan la frontera y llegan a Vera de Bidasoa en plena noche. El alguacil Miguel Berasaín les ve y acude a avisar a la casa-cuartel de la Guardia Civil, pues supone que se trata de contrabandistas.” Este grupo logra matar a los dos guardia civiles que salen en su persecución dictandose entre las fuerzas del orden público de la zona –Guardia Civil, carabineros y somatenes- la inmediata represión y captura de los integrantes del mismo matando a 4 de ellos e hiriendo a 27. El resto logra huir a Francia. Al final se produce un juicio a cuatro personas donde por falta de pruebas no condenan a ninguno de los detenidos. El 23 de noviembre, el Diario de Navarra, dice refiriéndose a Blasco: “Parece que el antiguo diputado por Valencia se dedica a redactar soflamas mitad novelescas mitad revolucionarias contra la Monarquía. Y como eso puede ser mitad novela y mitad serán revolucionarias en las que pierden la libertad o la vida algunos hombres tan dignos como los guardias civiles de Vera, sería muy conveniente que el Gobierno se preocupara del asunto para poner pronto el debido colofón a la novela del novelista”. Y tres días mas tarde en el mismo diario podemos leer: “No está solo Blasco Ibáñez en la casa de los orates de la revolución. Entre otros personajes de menor cuantía, figura uno muy conocido. De oídos porque su nombre ha sonado mucho. Es el antiguo rector de la Universidad de Salamanca. La diferencia que existe –como revolucionario- entre Blasco Ibáñez y estos otros aspirantes está en que Blasco Ibáñez ha concretado sus aspiraciones; aspira a ser presidente de la República española.” “La conducta del Blasco Ibáñez puede ser bufa. La conducta de Unamuno… la conducta de Unamuno merece el calificativo que no podemos escribir por respeto a los lectores”. Lo que no es bufa es que en un segundo juicio esas tres personas fueron ejecutadas por aquellos hechos en los que otras seis murieron aquel dia y que Blasco Ibáñez, tal y como dice el caballero audaz en su librito quedó en Francia ayudando a comprar las medias a su última amante. Tras la publicación, en noviembre de 1924, de “Una nación secuestrada” Blasco pasó a ser considerado en España persona non grata. Se ordenó el embargo de sus bienes. El Ayuntamiento de Valencia retiró la placa de la plaza que le había sido dedicada, y el resto de placas de las calles y plazas de todas las capitales y pueblos de España que llevaban su nombre corrieron la misma suerte. Su familia, que vivía en España, sufrió registros domiciliarios. Blasco reunió, en marzo de 1925 algunos folletos en contra de la Dictadura de Primo de Rivera y los artículos que publicó en España con honra, periódico fundado en París por exiliados españoles, en un librito, “Por España y contra el rey”, que publicó en la editorial Excelsior. Muchos autores hablan de que aquello era una guerra de folletines pero mientras los folletines de Blasco como “Por España y contra el rey” se pueden encontrar libremente y por todos lados, los folletines del caballero audaz han sido apartados de la vista. Vicente Marco Miranda en “Las conspiraciones contra la Dictadura”, en págs. 31-32, describe al grupo de exiliados de París, en su café de reunión diaria, “al día siguiente” de haber salido la traducción al francés de Una nación secuestrada: “Al día siguiente, por la tarde, vamos a la Rotonde, el famoso café, centro de artistas y de conspiradores de todo el mundo; gentes de los países más remotos; vidas inquietas, abrazadas a un noble ideal. A la izquierda de una de las puertas de entrada se halla la peña de los españoles; de los que gesticulan y hablan a gritos. Allí, D. Miguel de Unamuno, Ortega y Gasset, Corpus Barga, Francisco Madrid, escritores y periodistas, médicos, obreros. Blasco habla de su folleto. Madrid, excelente reportero, nos trae una noticia. Un hijo de Martínez Anido está en París y pretende que el Caballero Audaz escriba un ‘panfleto’ contra Blasco y otro contra Unamuno. Ambos escritores comentan la noticia con un expresivo levantar de hombros y siguen hablando de otras cosas. Llegan unos estudiantes y hablan de revolución. Se anima el rostro de Ortega y Gasset, y Corpus Barga se muestra dispuesto a empuñar un fusil y atravesar la frontera. Hablamos todos a una y los demás concurrentes nos miran con gesto de admiración. Saben que somos españoles, que conspiramos, que nos preocupan empresas de libertad. A quien lo ignora, ya el camarero se encarga de advertírselo. Blasco sonríe, Unamuno pone cara fosca y se dispone a leernos un romance”. Los ideales republicanos de Blasco Ibáñez se vieron afianzados y encarrilados por multitud de lecturas, siendo la más importante la de Francisco Pi y Margall (1824-1901), el político de ideas más avanzadas de su tiempo, y que siempre sería su gran ejemplo. El político catalán pensaba que la república federal era el modelo ideal para nuestro país. El propio Blasco Ibáñez nos cuenta como hizo eso que hacen mucho los políticos de ahora, presentarse en un sitio de prestado: “Había él salido diputado por varios distritos, y me cedió el de Sabadell, por el cual me presenté candidato. …fui derrotado la única vez que he presentado mi candidatura por un distrito fuera de Valencia.” Un político, estuvo siete veces como diputado, al que no le gusta la política. Un niño católico criado en el catolicismo que se vuelve ateo impenitente. Ese era Blasco. Blasco le contó al reportero González Fiol como fueron sus años de niñez en la calle Jaboneria antes de trasladarse sus padres a la de San Gil: “En aquella época de mi infancia, era yo muy delgadito, enfermizo, y místico... Recuerdo que se me aparecían santos y vírgenes, y que me hablaban, rodeados, de aureolas de gloria…" Leemos en “ese diedro de luces y de sombras” como nos presenta Blasco la conmoción que la muerte del dios produjo en el mundo antiguo a través de las páginas 388 y 389 de su obra “La bodega”: “Los árboles gimieron en los bosques, agitando sus melenas de hojas como plañideras desesperadas; un viento fúnebre rizó los lagos y la superficie azul y luminosa del mar clásico que había arrullado durante siglos en las playas griegas los diálogos de los poetas y los filósofos. Un lamento de muerte rasgó el espacio, llegando a los oídos de todos los hombres: "¡El gran Pan ha muerto!..." Las sirenas se sumergieron para siempre en las glaucas profundidades, las ninfas huyeron despavoridas a las entrañas de la tierra para no volver jamás, y los templos blancos que cantaban como himnos de mármol la alegría de la vida bajo el torrente de oro del sol, se entenebrecieron, sumiéndose en el silencio augusto de las ruinas. "Cristo ha nacido", gritó la misma voz. Y el mundo fue ciego para todo lo exterior reconcentrando su vista en el alma; y aborreció la materia como pecado vil, que oprimía los sentimientos más puros de la vida haciendo de su amputación una virtud. El hombre se volvió de espaldas a la naturaleza, adorando lo enfermizo y doliente: El sol siguió brillando, pero pareció menos luminoso a la humanidad, como si entre ella y el astro se hubiese interpuesto un velo fúnebre. La Naturaleza continuó su obra creadora, insensible a las locuras de los hombres; pero éstos no amaron otras flores que las que transparentaban la luz en las vidrieras de las ojivas; ni admiraron más árboles que las palmeras de piedra que sostenían las bóvedas de las catedrales. Venus ocultó sus desnudeces de mármol en las ruinas del incendio, esperando renacer, tras un sueño de siglos, bajo el arado del rústico. El tipo de belleza fue la virgen infecunda y enferma, enflaquecida por el ayuno; la religiosa pálida y desmayada como el lirio que sostenían sus manos de cera, con los ojos lacrimosos agrandados por el éxtasis y el dolor de ocultos cilicios. El negro ensueño duraba siglos. Los hombres, renegando de la Naturaleza, habían buscado en la privación, en la vida torturada y deforme, en la divinización del dolor, el remedio de sus males, la fraternidad ansiada, creyendo que la esperanza del cielo y la caridad en la tierra bastarían para la felicidad de los cristianos. Y he aquí que el mismo lamento que anunció la muerte del gran dios de la Naturaleza volvía a sonar, como si reglamentase, con intervalos de siglos, las grandes mutaciones de la vida humana. "¡Cristo ha muerto!...¡Cristo ha muerto!” Como si fuera cosa de niños, Walt Disney nos ofreció a Pan, a Peter Pan como un joven rebelde que tocaba la siringa y embelesaba a las jovencitas. Pero el gran Pan que describía Blasco, el fauno degenerado, está mas vivo que nunca. Es más, ahora lo llamamos San Valentín. Antonio Fernández nos muestra de dónde proviene todo esto. “La primera vez que el ser humano se entregó a la pasión de la suerte fue en las Saturnalias, las fiestas romanas de diciembre cuando la Navidad aún no existía. La segunda también fue en otras fiestas dedicadas al mismo dios pagano Saturno, las Lupercales. Las Lupercales eran un festival de fertilidad, tanto de animales, campos y personas, dedicado al dios Fauno, también llamado Pan, de gran y prolongada popularidad. Se celebraban el día 15 de febrero y eran fiestas lujuriosas, muy esperadas por los jóvenes, que elegían mujeres para que fueran sus compañeras de placer durante el año y que en muchas ocasiones terminaban por ser sus esposas. Para ello, introducían en una caja tarjetas con el nombre de las jóvenes. Por turno los varones metían la mano y sacaban el nombre de la «elegida». La primera Lotería de la historia es por tanto un sorteo de mujeres. Se celebraban el día 15 de febrero, con el sacrificio de un perro y una cabra como signo de purificación. A continuación cortaban la piel de los animales sacrificados en tiras, llamadas februa y se iniciaba el frenesí donde los sacerdotes corrían armados con los trozos de piel bañados en sangre, con los que golpeaban a las mujeres. Estas lo agradecían en la creencia de que así serían más fértiles y su cuerpo estaría mejor preparado para el embarazo y el parto. Del nombre de estas correas ensangrentadas, februa o purificación en latín, procede la denominación del mes de Febrero. Las carnes de las mujeres acababan de color púrpura, color que acabó representando a las que ejercían la prostitución en general, en especial la prostitución sagrada con los sacerdotes lupercos, quienes eran llamadas Lupas, de ahí lo de llamar lupanar a los prostíbulos o Lobas. Paradójicamente, hoy en día el color púrpura es el color del feminismo.” Para los más un dios y para algunos un demonio, así fue la vida de Blasco. En el ensayo de Ramiro Reig “La ascensión de Blasco a la gloria” publicado dentro de la Revista de la Casa Museo Blasco Ibáñez en 2004 leemos: “Era un dios, ¿me oís?, un dios, y además lo parecía: alto, fuerte, casi hercúleo, el pelo ensortijado, la cara de dios griego, un poco grueso tal vez... ¡Y una voz! ¡Qué voz!... Vosotros no habéis conocido a Blasco, el verdadero Blasco, era un dios. [...] Yo he visto a una multitud enorme no solo escucharle con la boca abierta, horas y horas, sino repetir, palabra por palabra, lo que iba diciendo... [...] Aún estoy viendo a Don Vicente, con su barba de profeta joven, arengarlos, en el balcón, entre las luces de las antorchas. Se agigantaba, todos aquellos hombres hubiesen dado hasta la última gota de sangre por él.” ............................................................ Enlaces citados en el podcast: Bibliografia completa https://www.cervantesvirtual.com/portales/vicente_blasco_ibanez/su_obra_bibliografia/ Cronología de Vicente Blasco Ibáñez https://www.cervantesvirtual.com/portales/vicente_blasco_ibanez/autor_cronologia/#anyo_1900 Cronologia literaria Blasco Ibáñez https://anyblascoibanez.gva.es/va/cronologia-literaria Time line de su vida https://www.timetoast.com/timelines/vicente-blasco-ibanez-5ac50faf-ff35-40dd-be42-708435362932 Galeria de imágenes https://www.google.com/imgres?imgurl=https%3A%2F%2Fwww.cervantesvirtual.com%2Fimages%2Fportales%2Fvicente_blasco_ibanez%2Fgraf%2Fcronologia%2F03_cro_blasco_ibanez_retrato_1018_s.jpg&tbnid=s0ix0VfxLAJ4aM&vet=12ahUKEwi45LKn8vr-AhVYmycCHf1fDVMQMygkegUIARDGAQ..i&imgrefurl=https%3A%2F%2Fwww.cervantesvirtual.com%2Fportales%2Fvicente_blasco_ibanez%2Fautor_cronologia%2F&docid=rpcl3y5OiYotjM&w=301&h=450&q=Mar%C3%ADa%20Blasco%20blasco%20iba%C3%B1ez&hl=es&client=firefox-b-d&ved=2ahUKEwi45LKn8vr-AhVYmycCHf1fDVMQMygkegUIARDGAQ ......... Capítulo 8 BLASCO en vivo!!! http://elargonautavalenciano.blogspot.com/2021/01/blasco-en-valencia.html Revista casa museo 2018 http://www.casamuseoblascoibanez.es/wp-content/uploads/2020/07/Revista-CMBI-1.pdf José María Carretero Novillo https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Mar%C3%ADa_Carretero_Novillo EL NOVELISTA QUE VENDIO A SU PATRIA O TARTARIN, REVOLUCIONARIO. (TRISTE HISTORIA DE ACTUALIDAD) https://www.iberlibro.com/NOVELISTA-VENDIO-PATRIA-TARTARIN-REVOLUCIONARIO-TRISTE/972584489/bd Los sucesos de Vera de Bidasoa, una excusa para el directorio (1924) https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/los-sucesos-de-vera-de-bidasoa-1924/20130425143317091346.html Vicente Blasco Ibáñez : ese diedro de luces y de sombras https://bivaldi.gva.es/es/consulta/registro.cmd?id=318 https://www.cervantesvirtual.com/obra/vicente-blasco-ibanez--ese-diedro-de-luces-y-de-sombras/ Confesiones, 1911- Parte I http://elargonautavalenciano.blogspot.com/search/label/A%C3%B1o%201911 Vicente Blasco Ibáñez : ese diedro de luces y de sombras https://bivaldi.gva.es/es/consulta/registro.cmd?id=318 https://www.cervantesvirtual.com/obra/vicente-blasco-ibanez--ese-diedro-de-luces-y-de-sombras/ REIG, Ramiro, “L’ascensió de Blasco a la glòria”, El País – Quadern [CV], 21-XBlasco Ibáñez i la identitat col·lectiva valenciana... 186 prometeo. Revista de la Casa Museo Blasco Ibáñez 2004, p. 2. PORQUE NO VOLVERÉ A COMPRAR LOTERÍA https://tecnicopreocupado.com/2015/12/22/porque-no-volvere-a-comprar-loteria/
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