HECHOS 20. SIN ESPERAR NADA A CAMBIO

Devocionales Bíblicos Jesus Is Life

SIN ESPERAR NADA A CAMBIO HECHOS 20:33 Yo nunca he codiciado la plata ni el oro ni la ropa de nadie. 34 Ustedes saben que mis dos manos han trabajado para satisfacer mis propias necesidades e incluso las necesidades de los que estuvieron conmigo. 35 Y he sido un ejemplo constante de cómo pueden ayudar con trabajo y esfuerzo a los que están en necesidad. Deben recordar las palabras del Señor Jesús: “Hay más bendición en dar que en recibir”. NTV. El amor y la pasión por servir al Señor de manera desinteresada, se va perdiendo con el pasar de los tiempos. Pues los creyentes que son llamados a estar frente a una congregación pastoreando, ya no están pastoreando por amor a Dios y a la grey, sino por intereses personales y económicos. Ellos ven el ministerio pastoral como una carrera o una profesión de la cual pueden lucrar para sustentar cada una de sus necesidades, y las necesidades de su familia, incluso algunos buscan como enriquecerse por medio de este ministerio. Pero el inicio de este ministerio pastoral entre los siervos de Dios fue muy diferente, ya que ellos no buscaban lucrarse a costas del ministerio, más bien ellos trabajaban arduamente para sustentar sus propias necesidades, y sustentar en algo las necesidades que podrían tener los miembros de sus congregaciones. Ejemplo de un pastorado con amor a Dios y a la grey, y sin ninguna clase de intereses personales, mostró el apóstol Pablo a lo largo de su ministerio misionero. El apóstol Pablo en su despedida de los ancianos de la iglesia de la ciudad de Éfeso, les encargó cuidar diligentemente de la grey de Dios, sin esperar recibir alguna retribución por su arduo trabajo, pues el apóstol mismo les había dado un ejemplo de cómo cuidar de la grey de Dios sin esperar nada a cambio. Pablo desde el momento que inició su labor ministerial, había trabajado arduamente para levantar nuevas congregaciones cristianas en diferentes ciudades de Europa, Asia y África. Pero todo este trabajo de plantar iglesias, lo había hecho sin fines de lucro. Él y todos sus colaboradores no habían aceptado recibir un salario, aun cuando tenían derecho a recibirlo. Sin embargo, no habían usado este derecho, sino que trabajaron por amor a Cristo y la expansión de su palabra por todo el mundo. Pablo en presencia de los creyentes de la ciudad de Éfeso, había mostrado que no era para nada codicioso, por tal razón, no le importaba el oro, la plata y las piedras preciosas, tampoco buscó enriquecerse a costa del ministerio que el Señor le delegó, en su lugar, trabajaba fabricando carpas, y así sustentar cada una de sus necesidades cotidianas, la de sus compañeros de ministerio, y de las personas necesitadas como las viudas, huérfanos y extranjeros. En su ministerio, Pablo tuvo un correcto equilibrio entre trabajar para Dios, y trabajar para las necesidades cotidianas de este mundo. El apóstol no descuidó su ministerio por su trabajo secular, más bien, llevó estos dos trabajos a la par, pero dándole un poco más de relevancia a su obra ministerial, por tal razón, él básicamente, era pobre por lo que se refería a cosas materiales, pero era rico para con Dios. Con su vida ejemplar, Pablo con toda autoridad, aconsejó a los líderes de la iglesia de Éfeso, a que cuidaran de la grey de Dios sin esperar ninguna retribución económica por su trabajo pastoral. Además, les ínsitó a tener siempre presente las siguientes palabras de Jesucristo: “Hay más bendición en dar que en recibir”. Con estas palabras les dio a entender que en vez de esperar algo de la grey, ellos debían ser los que ayuden a los más necesitados de sus congregaciones, por que tendrían más bendiciones al momento de compartir sus recursos con la grey, que recibir algo de ellos. Queridos hermanos. Muchos pastores de la actualidad no tienen en cuenta los consejos que dio el apóstol Pablo a los líderes de la iglesia en Éfeso, pero sí tienen presente estas otras palabras pronunciadas por el apóstol: “Cada obrero es digno de su salario”.